‘El agua es un derecho humano. Lo proclama la ONU, pero lo EXIGE el sentido común, la naturaleza y el clamor de nuestro pueblo.
A raíz de la discusión en el Senado de las últimas indicaciones del executivo a la reforma del Código de Aguas que se tramita hace largo tiempo en el parlamento el Obispo Luis Infanti de Aysén, exhorto a los senadores de Chile a consierar 5 puntos en su discusión del tema.
CARTA A LOS SEÑORES SENADORES DE CHILE
Estimados Señores Senadores:
Me es grato hacerles llegar un fraternal saludo y aliento en su exigente y decisiva vocación y misión de discernir, valorar, ponderar y legislar por el bien común de TODO el pueblo de Chile y sus bienes.
En estos días el tema (¿o problema?) AGUA estará “en sus manos”.
Sé que ustedes no son solo “manos”, sino también inteligencia, sabiduría, corazón, voluntad,… que los llevarán a tomar decisiones.
Sus DECISIONES, selladas en leyes, tendrán efectos vitales en el presente y en el futuro del País. Por eso quisiera ofrecerles, muy humildemente, algunos principios éticos para su consideración.
1. El agua es un bien común, esencial para todo ser vivo.
Sin petróleo podemos vivir, sin agua, no. El agua es un derecho humano. Lo proclama la ONU, pero lo EXIGE el sentido común, la naturaleza y el clamor de nuestro pueblo.
Gran cantidad de los conflictos del Chile actual tienen sus orígenes en el agua (conflictos por tierra y agua con empresas mineras, forestales, hidroeléctricas, agroindustriales, pesqueras, …).
No es casualidad que hayan muchísimas comunas de Chile que tienen que “aliviar” la falta de agua para su población, abasteciéndola con camiones aljibes (¡otro negocio más!) o mercantilizando la “necesidad” de agua pura con agua embotellada (¡otro GRAN negocio más!).
2. Nadie duda hoy de la realidad del cambio climático. Es bastante común “culpar” al cambio climático por tantos “desastres naturales” (sequías, aluviones, …) que en realidad son desastres de la naturaleza, pero no tan naturales, pues son efectos provocados por una pésima relación del ser humano con la naturaleza y por decisiones que sobreexplotan y alteran gravemente el ciclo natural de nuestra hermana madre Tierra.
Al respecto reconocemos como cada día más sabias y acertadas las palabras del Papa Francisco, cuando dijo que su abuela le enseñaba que “Dios perdona siempre, nosotros perdonamos a veces, LA NATURALEZA NO PERDONA NUNCA”, pues la naturaleza tiene sus leyes y al alterarlas o al no considerarlas se vuelven SIEMPRE en contra nuestra.
3. Alrededor del agua surgen permanentes y crecientes conflictos, porque hay potentes intereses en su propiedad y en su uso. ¿A qué y a quienes daremos prioridad?
Todos buscamos el desarrollo, todos valoramos el papel de la industria, todos buscamos el “buen vivir”, a todos nos preocupa, nos duele y nos desafía la pobreza de tantos chilenos y chilenas EMPOBRECIDOS. La pobreza no es casualidad, pues hay causas y causantes.
¿Seguiremos marginando a los pobres, crucificándolos, incluso legalmente, a ser ciudadanos de tercera o cuarta categoría, o peor aún a ser “desechos”, “objetos”, “consumidores” consumidos por el mercado?
¿Tendrá el “desarrollo” algún límite, algún principio ético, algún criterio humano?
¿O será sólo dejado al azar del mercado o al beneficio económico de algunos?
4. En estos días ustedes, señores Senadores, considerarán leyes relacionadas con ALGUNOS derechos de agua.
La problemática es mucho más amplia y más profunda que estos derechos. Confío en que su sabiduría y el amor a nuestro pueblo los lleve DECIDIDAMENTE a considerar también un profundo cambio de la actual Constitución Política del Estado sobre este problema, en un futuro próximo.
5. Estos problemas y su efectiva y noble resolución, bien saben que ponen en juego la credibilidad y el valor de la política y de los políticos. Son pasos indispensables en el camino de fortalecer la CONFIANZA en nuestro pueblo.
Un pueblo cada día más consciente y responsable en la construcción del bien común, y que no se queda indiferente ni silencioso cuando es herido u ofendido en su dignidad y en sus derechos y deberes.
Les estoy muy agradecido por acoger estas reflexiones y por su valiosa labor en bien de la paz social y del fortalecimiento de la dignidad y equidad de nuestro pueblo y de su “alma”.
Con el mayor aprecio les saluda atentamente,
+ LUIS INFANTI DE LA MORA, osm.
Obispo Vicario Apostólico de Aysén