Cuando ya estamos en el 2017, pensamos vale hacer un recuerdo o balance, tal vez algo atrasado, del año que se fue.
Ese año comenzó harto mal, el 18 de enero, con la aprobación final del proyecto Río Cuervo por parte del Comité de Ministros, con la consecuente protesta ciudadana en los días siguientes y nuestra desilusión con la falta de compromiso por una Patagonia sin represas. Mientras, se quemaba parte del Cerro Divisadero en Coyhaique, lo cual no dejaba de ser simbólico y mostraba otra de las debilidades en el cuidado ambiental nacional y regional. Y el año terminó con los alegatos en el Tribunal Ambiental de Valdivia a causa de nuestros reclamos, mientras este mayor, nefasto y poco conocido megaproyecto nacional de represas con su embalse de 13 mil hectáreas, lograba algo de presencia nacional.
Esto a causa del anuncio de que el ex ministro y ex senador Pablo Longueira estaría asesorando una iniciativa para sumarle un megaparque eólico de los Galilea, con línea de transmisión por territorio argentino, hacia el centro del país. Se sumó además, una nueva advertencia sísmica de la Madre Tierra, el 25 de diciembre. El fantasma del Cuervo –Energía Austral y hasta aquel de HidroAysén, estuvieron además muy, demasiado, presentes durante los talleres para la hoja de ruta hacia la política energética regional. Si el proyecto Cuervo fue lo más importante en lo ambiental del año pasado, el trabajo para esa política energética fue lo que más tiempo y esfuerzo nos consumió; hasta nos dimos el lujo de publicar una propuesta. Esperamos los espiritistas del ministerio de energía hayan aprendido, igual que nosotros, que esos megaproyectos en el actual escenario energético nacional, son económicamente inviables. Eso, aparte de su inviabilidad en otros ámbitos, como el geológico y ambiental.
Y esa debe ser de las mejores noticias de ese año: la potente irrupción de las energías renovables no convencionales y la notable baja de los precios eléctricos. También en nuestra región, a causa de la nueva Ley de la Equidad. En el ámbito energético –derechos de agua, una de las mejores noticias del año fue el abandono de Endesa de sus derechos de aprovechamiento en varios ríos; con eso quedamos a la espera de una próxima devolución de derechos de aguas del Baker y Pascua y el abandono definitivo de HidroAysén. Por lo que se lee, las ganas no le faltan al jefe máximo de Enel. Ligado con ese tema, estuvo además, el avance en modificar el Código de Aguas y la propuesta de un pésimo proyecto de ley de “protección” de glaciares. Sin lugar a dudas aquí quedo claro, una vez más, como priman los intereses empresariales y del dinero en la política en nuestro país.
Otros temas importantes de ese año fueron, la confirmación de nuestras denuncias sobre el constante incumplimiento del estado de derecho por parte de las salmoneras, al tomar al fin, la Contraloría General cartas en el asunto. Vale recordar que llevamos décadas de denuncia, y específicamente ese año, sobre la existencia de numerosos centros de cultivo en condiciones anaeróbicas y usando pesticidas, incluso dentro de la Reserva Nacional Las Guaitecas. Sumado a la existencia de numerosos centros ubicados fuera de su área concesionada. Vale recordar también, la crisis marina chilota de mayo, gatillada por las mareas roja y café provocada, entre otras, por las mismas salmoneras. Mientras reventaba, la crisis en Chiloé, en el mar interior de Aisén los indicadores de marea roja eran aun peores que allá y sin embargo no llegó a ser noticia. En costas de ese mismo mar y Reserva Nacional, en la Isla Clemente, aparecieron nuevamente decenas de cetáceos muertos, cuando aun no se conocen resultados sobre las causas de la mortandad anterior de sobre 300 ballenas Sei en la zona del Golfo de Penas. La cuestión es que definitivamente en el mar de Aisén, más de algo anda mal. Y también en el tema biodiversidad, hicieron nuevamente noticia los huemules, esta vez a causa de enfermedades transmitidas desde el ganado, incluso en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins. Sumado esto a la constante amenaza por perros en todo lugar cercano a algún poblado. En todo caso, nos alegra que exista mayor preocupación por esta especie en peligro de extinción.
Entre los temas latentes siguen estando el de la contaminación por relaves de la Minera Toqui, con más de 30 vecinos de Alto Mañihuales con arsénico y plomo en su sangre, tema en el cual reina el silencio de parte de la institucionalidad y la justicia. Y mientras la empresa asumía su responsabilidad, el Alcalde de Aisén respaldaba a la minería. También está la contaminación del aire de Coyhaique que nuevamente batió todos los récords, mientras la institucionalidad se deshacía en respuestas negativas a toda propuesta de solución de fondo.
Entre lo que lamentamos de ese año, fue el nulo avance e interés por parte del Director Nacional de Conaf en la declaratoria del sitio de patrimonio mundial “Archipiélagos y Hielos Patagónicos.
Finalmente, entre las noticias positivas también estuvieron los avances en las zonas de interés turístico y los estudios para un santuario geológico en la zona del Lago General Carrera.
Esperamos y deseamos de todo corazón este nuevo año traiga mas e importantes noticias en bien de la mantención de la vida sobre nuestro planeta y para la sustentabilidad en nuestra Reserva de Vida.
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida