En estos últimos días hemos estado reuniéndonos en nuestras organizaciones de base. Por un lado se reunió el directorio de la Agrupación Aisén Reserva de Vida y por otro, el sábado pasado, fue la Asamblea Anual de Codeff (Comité Nacional pro Defensa de la Fauna y Flora) y ahí además hubo elecciones de directorio. En los próximos días se anuncia reunión en Codesa y a fin de mes tendremos Asamblea de la Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Lo más destacable de ambas reuniones mencionadas, fue la armonía y “buena onda” reinante, lo que a lo mejor para algunos no es de importancia, aunque la experiencia nos ha enseñado que es tal vez lo más prioritario. Eso, tras años de conflictos internos en Codeff, los que terminan desangrando la organización y provocando que las energías se consuman en eso, en vez de cumplir con su objetivos ambientalistas. A su vez, en la agrupación así como en Codeff Aisén, nos ha estado consumiendo el frenesí y desgaste de campaña y hemos descuidado nuestras organizaciones de base. Seguro, no somos las únicas en que pasan estas cosas y el ambiente social nacional de desconfianza, individualismo y con las prioridades puestas en otros temas incide.
Por desgracia no estamos ajenos a las enfermedades nacionales. Y todo esto, la verdad es que no contribuye mucho a fortalecer la democracia en la base y sus organizaciones. Más bien parece que la idea es que no existan estas y hacerles difícil la existencia. Esto tanto por el lado del poder establecido y su democracia representativa dirigida desde partidos políticos que suman entre 1 a 5% del universo electoral y por el otro lado los movimientos sociales en los cuales suele reinar bastante anarquía y sentimiento contrario a su cooptación por organizaciones. Así es como a la larga suelen terminar por ser manejadas por quienes si están organizados y tienen claros sus objetivos como son los partidos políticos. Es más, los dirigentes políticos partidistas suelen tener la preparación y conocimientos que los dirigentes de base no tienen. Y por otro lado, las organizaciones de base y no gubernamentales suelen estar desfinanciadas. Ahí también la idea parece ser que exista dependencia de fondos gubernamentales, ayuda de alguien, que en algunos casos son los parlamentarios y de empresas y fundaciones que por cierto obtienen sus fondos de algún lado, lo que a veces se presta para dudas.
De hecho, por ejemplo, entre las grandes organizaciones ambientales transnacionales vamos a encontrar alguna que se va a cuidar de tocar los intereses de sus a veces no muy santos financistas. Y por eso hay otras que evitan depender de fondos provenientes de empresas y gobiernos. Por cierto que a las organizaciones “conflictivas, criticonas y denunciantes” suele costar financiarse. A lo mejor en países donde los socios contribuyen prioritariamente al financiamiento de sus organizaciones, como en Europa y Estados Unidos, estas pueden ser independientes y cuentan con fondos para lograr sus objetivos, pero en Chile ¡vaya que cuesta que los socios paguen sus cuotas y vaya que es importante que lo hiciesen! De hecho, por ejemplo en el Codeff, solo se puede votar estando al día en las cuotas y eso lleva a que para las elecciones aumenten sustancialmente los ingresos.
Y a propósito del tema política, en Codeff hay un grupo que insiste en descalificar a otros “por ser activistas políticos”. La verdad es que evidentemente los dirigentes somos activistas políticos, sino no podríamos ser dirigentes, ni trabajar por los objetivos de nuestra organización. Y eso nada tiene que ver con los partidos, a los cuales evidentemente también hay que ver la forma de como influenciarlos y de cómo incidir en la política nacional sin ser parte de algún partido. Todo un tema. En todo caso, en las décadas en que somos dirigentes de organización nunca hemos visto que exista manipulación partidaria, ni activistas de algún partido, todos tenemos claro que los estatutos lo impiden. Eso no implica que tal vez alguno tenga sus ideas y militancia.
Otros aspectos que quisiéramos destacar de nuestras reuniones organizacionales, es el darnos cuenta que existen aún muchas personas hermosas y valiosas dispuestas a la participación ciudadana, el voluntariado y el cuidado amoroso de la creación o naturaleza y las relaciones entre nosotros los humanos. Sin este tipo de personas ¿Qué sería de nuestro mundo? También nos damos cuenta de lo importante de cuidar nuestras organizaciones y participar en ellas ya que sin estas se restringe aún más la democracia en la base, nuestra incidencia política y el trabajo por temas tan importantes como mantener la vida sobre nuestro planeta.
Por Peter Hartmann