¿Qué tiene de común lo que ocurre en nuestro mar, con nuestros ríos, con nuestro aire? Pues, que son parte de un modelo extractivo, explotador y contaminante que los considera zona de sacrificio para que unos pocos se enriquezcan. Que el Estado suele subsidiar esta forma de actuar y sus funcionarios jefes se mueven en puerta giratoria con las empresas respectivas y los partidos políticos. Que son parte de algo que no se soluciona con medidas de “mas de lo mismo”, haciendo como que pasa nada o haciendo alarde de “estar muy preocupado” para captar votos pero resolviendo nada.
Como es conocido, la zona de catástrofe en Chiloé fue declarada a causa de la marea roja, a la que se culpa por lo que ocurre en ese mar. Si es así, según muestreo del IFOP, en el mar interior de Aisén la marea roja esta mucho peor y sin embargo ni los pescadores se dan por enterados y menos aun hay zona de catástrofe. Tampoco hubo medidas extraordinarias cuando se descubrió a sobre 300 ballenas muertas en la costa de la Comuna de Tortel, ballenas que hasta el día de hoy y tras mas de un año de los hechos, aun no se sabe que ocasionó su muerte. Una posible causa sería la marea roja. Resulta que en el mar interior de Aisén, según lo que se puede ver en INFAs del Servicio Nacional de Pesca, hay sobre 50 centros salmoneros que no cumplen con sus respectivas Resoluciones de Calificación Ambiental sobrecargando hasta en 10 veces su medio ambiente, provocando sedimentos anaeróbicos que matan la vida del lugar y aportando también nutrientes para la marea roja y plagas de algas. Peor aun, buena parte de esos centros contaminadores se encuentran en la Reserva Nacional Las Guaitecas y tres de ellos en el Santuario de la Naturaleza de Quitralco. Y resulta, además, que desde el mar de Aisén, convertido en zona de sacrificio, fue trasladada la marea roja al puerto de Quellón en wellboat, según denuncian dirigentes pescadores de ese lugar. Y de ahí se expandió al resto del mar chilote con ayuda de los abundantes nutrientes salmoneros de esos lugares. Vale agregar que una apreciable cantidad de salmoneras fue relocalizada hace unos años desde el mar chilote hacia Aisén a causa de la crisis del virus ISA y hoy en día se plantea nuevamente la intención de una nueva relocalización hacia la Patagonia.
¿A alguien le cabe duda que represar los ríos de Aisén para megaproyectos y exportar energía para las mineras, los malls de Santiago o incluso al extranjero (de lo que se enorgullece el ministro), no es convertirnos también en zona de sacrificio? El ministro de Energía M. Pacheco Matte, interpelado sobre la Ley de Transmisión Eléctrica “de carretera eléctrica 2.0” y de convertirnos en “polo de desarrollo eléctrico”, molesto, nos respondió de que esa ley y carretera no era para los sistemas medianos como el de Aisén, sino que para el SIC y SING. Pero resulta que ese propio ministerio se ve muy interesado en conectarnos al SIC, es cosa de ver los estudios que encarga y como los manipula para llegar a eso. Y por cierto el “polo energético” de Aisén se ve muy interesante y rentable para algunos.
En esos días en que vinieron los ministros, Coyhaique se lo había pasado mas de una semana en emergencias ambientales. Casi una inauguración – funada del Plan de Descontaminación. Mientras, veíamos al gobierno recambiando calefactores y un Consejero Regional y otros personeros de DC proponiendo fortalecer el Plan y un subsidio eléctrico, entre otras medidas. El Diputado Sandoval, a su vez, declara que se requieren medidas mas radicales. ¿Y porque estos personeros políticos no hicieron esas observaciones al anteproyecto del Plan cuando lo podrían haber mejorado? En una de esas a ellos les hacían mas caso que a nosotros, que aunque somos parte de su Comité Operativo aun ni lo conocemos.
¿Y que tiene en común esto con las zonas de sacrificio? Antes que nada, la demora en enfrentar un problema que era evidente y para el cual se proponen soluciones tardías, a medias, tecnológicas, que implican algún negocio para algunos y que demoran años en surtir efecto. Es cosa de ver el caso de Santiago. Aquí como allá, pareciera que la salud de la gente no importa demasiado. También está el show político y una institucionalidad a la que le queda grande el poncho. ¿Y la solución es el subsidio eléctrico? La verdad es que en algo tal vez lo sea, porque esta claro que parte importante de ella pasa porque los coyhaiquinos tengan acceso a energía limpia. Pero mientras esta tenga costos de tres a cuatro veces por sobre la leña, pocos pueden utilizarla. Peor, mientras mas encima nos castiguen con multas por sobreconsumo eléctrico invernal, menos viable aun es. ¿Acaso iríamos a pagar multa por un subsidio? Y los defensores de la leña también tienen razón, la verdad es que no es llegar y cambiar costumbres, dejar cesantes y sin ingresos a cientos de aiseninos y cambiar cocinas de un día para otro. Claro que ¡a ver si la leña seca algún día realmente es seca y no solo una forma de cobrar mas! Pero sí podríamos avanzar en calefacción eléctrica, al menos evitando ese segundo caño contaminador que nos prohíben, porque restringir sin alternativa no sirve. Y bajar la tarifa eléctrica ya fue demostrado no es tan difícil, es cosa de reemplazar generación a petróleo (contaminante) por renovables no convencionales. Eso se puede hacer de varias formas, de hecho hasta hay en la región varias minicentrales hidroeléctricas abandonadas, una al lado de Coyhaique (Río Claro) y otra propiedad de los Walker en Pto. Sanchez. ¿Y a propósito, que hay de la ley para abrir el monopolio eléctrico de Edelaysén? ¡Y si hubiese tarifa única nacional mas fácil aun sería ! Pero bueno, el sucedáneo vía Ley de Equidad igual de algo sirve ¿Y que hay de ella ? También se podría poner tarifa nocturna baja, cuando sobra oferta eléctrica. La verdad es que cuesta entender que en Aisén las transnacionales puedan producir energía barata para exportar, mientras Edelaysen, otras empresas y los aiseninos no pueden producirla y contar con ella para su propio uso y cuidar su salud sacrificada y su ambiente.