Empresa a cargo del proyecto aseguró que “analizará en detalle las nuevas condiciones y definirá los pasos a seguir”, quedando pendiente aún el trámite ambiental de la línea de transmisión.
Luz verde recibió ayer el consorcio Energía Austral -integrado por la minera Glencore y la firma australiana Origin Energy-, para construir el proyecto hidroeléctrico Río Cuervo, en la región de Aysén.
Esto, luego que el Comité de Ministros -que lidera el titular de Medio Ambiente, Pablo Badenier- revisara las 11 reclamaciones interpuestas en contra de la iniciativa. Todas ellas habían sido incorporadas al proceso de evaluación por acción de opositores a su construcción, quienes buscan revertir la aprobación dada en 2013 por la Comisión de Evaluación Ambiental de la Undécima Región a la iniciativa.
Cuervo considera generar energía a una potencia máxima de 640 MW y sumaba más de seis años en trámite ambiental, tras haber ingresado en 2009 su EIA.
El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, explicó que la autoridad acogió de manera parcial algunos de los recursos de reclamación presentados por los opositores al proyecto, corrigiendo el EIA en temas como fauna acuática y flora terrestre y dando el vamos a su construcción. Esto, pese a que todavía falta que se inicie el trámite de evaluación de la línea de transmisión, lo que aún no comienza.
“Se acogieron parcialmente los recursos de reclamación y se hicieron precisiones respecto a materias de fauna acuática y flora terrestre, principalmente orientadas a incrementar el monitoreo y seguimiento de algunas especies. El resto de los recursos de reclamación fueron rechazados, con lo que se determinó mantener la RCA favorable al proyecto”, señaló la autoridad.
“Nosotros cumplimos y hacemos cumplir la legislación ambiental. En este sentido si algún reclamante estima que hay mérito, ellos pueden reclamar al Tribunal Ambiental de Valdivia, que es el tribunal competente en esta materia”, añadió Badenier, quien comentó que “se estableció un plan de monitoreo de alerta temprana con el desarrollo de un protocolo de acción, para la generación y análisis de información adicional asociada al llenado y operación de embalse. Este protocolo deberá ser revisado y aprobado por Sernageomin antes de iniciarse el llenado del embalse proyectado”.
Las Diferencias
La comparación con HidroAysén, el otro proyecto hidroeléctrico que se planeaba desarrollar en esa zona -y cuya resolución de calificación ambiental (RCA) fue invalidada por el Comité de Ministros- es casi automática: pese a tratarse de proyectos con una inundación similar (5.924 hectáreas Cuervo versus 5.910 há. en el caso de HidroAysén), el primero consiguió sortear la barrera del Comité de Ministros, mientras que la iniciativa de Endesa y Colbún no corrió la misma suerte.
Lo anterior llama la atención si se tiene en cuenta que pese a que la afectación en términos de inundación es similar entre ambas iniciativas, la de Glencore y Origin Energy generará un quinto de la energía que proyectaba inyectar HidroAysén (3.750 GWh anuales versus 18.430 GWh por año) y la potencia es sideralmente distinta: 640 MW Cuervo contra 2.750 MW HidroAysén.
¿Por qué entonces una iniciativa menos eficiente y con la misma superficie inundada se aprobó y la otra no?
Según el ex director general de Aguas y socio de Puga Ortiz, Rodrigo Weisner, se trata de temas distintos pues hay diferencias entre ambas iniciativas en temas como los derechos de agua, relocalización de comunidades y otros.
“Una de las diferencias es que Cuervo cuenta con un derecho consuntivo. Esto, porque capta las aguas arriba y los restituye al mar. Entonces consume el agua, considerando estrictamente lo que plantea el Código de Aguas. En el caso de HidroAysén, había un derecho no consuntivo y además tuvieron que pedir más derechos de agua y pidieron la reserva. Eso está en tribunales hoy día”, señala Weisner.
¿Abre la puerta la aprobación de Cuervo para que se desarrolle el potencial hidroeléctrico de la Patagonia?
Según el ex DGA hay temas que resolver antes, como por ejemplo la transmisión.
En la industria plantean que este es un punto clave. El tamaño de la línea que debe construir Energía Austral es tal -dada la lejanía con los grandes centros de consumo- que no se justificaría su construcción sólo para una unidad de 640 MW. Lo anterior, además, teniendo en cuenta que para minimizar la pérdida de energía sería necesario construir la línea en corriente continua, lo que eleva el monto de inversión al tener que incorporar, obligatoriamente, estaciones conversoras a ambos extremos del tendido.
Weisner añade otro elemento: mientras HidroAysén tuvo una gran campaña comunicacional en contra e incluso manifestaciones masivas en Santiago para evitar su construcción, Cuervo es mucho menos conocida y la oposición, más limitada.
Fuente: Pulso