Carlos Furche señaló que los que menos deben temer por modificaciones son los agricultores que usan sus derechos para fines productivos
El ministro de Agricultura, Carlos Furche, cumplió esta semana con su segunda visita a la Provincia de Ñuble. Esta vez llegó a Quillón a encabezar el lanzamiento del cambio de imagen corporativa de Agro Seguros, la nueva empresa estatal que reemplaza al ex Comsa. En la oportunidad además de hablar de esto y otros temas locales se refirió al cambio que viene en el Código de Aguas, que está causando ya alguna inquietud a nivel de los agricultores a los que llamó a estar tranquilos, ya que la situación no los afectará.
– Ministro, en lo del Seguro Agrícola se da la curiosidad que lo pidió el gremio agrícola hace una década, pero solo se usa y en forma obligatoria, por agricultores de perfil Indap.
– Si, eso es parte del trabajo que hay que desarrollar en estos años. En el caso de Indap es definitivamente la manera que tiene el Estado de asegurar las recursos que coloca y de esa manera garantizar que en los años sucesivos se cuente con la disponibilidad de recursos para atender las necesidades de los pequeños agricultores. Esto es muy simple, aquí se trata que cuando hay un año malo tengamos los instrumentos que permitan que el agricultor rcupere el capital, no más secretos que eso.
-En otro ámbito, ya hay alguna intranquilidad en el sector de la dirigencia agrícola por el cambio anunciado al Código de Aguas.
– No hay ninguna razón para estar intranquilos. La modificación al Código de Aguas se refiere a los derechos futuros, no a los que ya están otorgados. En segundo lugar, las reformas que se están planteando son todas muy razonables, son reformas que apuntan a garantizar, dentro del conjunto de usuarios legítimos del agua, el consumo humano. Lo que me parece es algo razonable y que nadie puede cuestionar. En segundo lugar, hacer efectivo el hecho que el agua es de todos nosotros, que es un bien nacional de uso público, como está reconocido en el propio Código de Aguas y como esperamos en un plazo no muy largo se reconozca a nivel constitucional.
– ¿Podría profundizar en aquello?
– Si nos tomamos en serio que es un bien nacional de uso público, quiere decir que es el Estado el que lo entrega y es razonable que lo entregue a un número determinado de años condicionado a que el uso para el cual se entrega, sea un uso económico y socialmente rentable. De eso se trata. Esas son las modificaciones principales, y creo que si hay alguien que no tiene que temer a esas modificaciones son los agricultores que los usan para dar sustento a su actividad productiva. Pero es bien evidente que aquí en el mundo de los propietarios de derechos de aguas, hay otros que no los usan para actividades productivas, sino más bien especulativas y hay otros que en esa actividad especulativa bloquean la posibilidad de darle un uso productivo. A eso apuntan las modificaciones, a limitar un uso especulativo, a jerarquizar su uso para el consumo humano y a hacer práctica la noción que se trata de un bien nacional de uso público.
– Ha tenido una mochila bien cargada y ha asumido muchos compromisos con los distintos rubros del agro, ¿está con mucho trabajo?
– Hemos ido cumpliendo, felizmente, creo que todos los compromisos. Nosotros tenemos trabajo con distintas cadenas productivas. Acabo de estar la semana pasada en Asia, en Corea y China, donde hicimos efectivo el trabajo que habíamos prometido a poco de asumir, de continuar el proceso de apertura de mercados, sobre todo el de los países asiático, que son el futuro de la demanda de alimentos en el mundo. Tenemos un trabajo bastante organizado con la mesas de la carne, la del maíz, la del trigo, con la pequeña agricultura. Hay una carga importante de trabajo, pero al mismo tiempo un cumplimiento cercano a lo que se ha prometido.
– ¿Cómo avanza el tema de los viñateros de la zona que se reunieron con usted en su visita anterior?
– Lo que nosotros hemos conversado con los viñateros es que se necesita más organización por parte de los productores para negociar mejor sus condiciones con la agro industria y luego innovación, desarrollo tecnológico y productividad. Yo siempre digo aquí no hay atajos. Aquí solo cabe el trabajo persistente en conjunto del sector público y el sector privado, y cuando se trata de pequeña agricultura, pequeña agricultura organizada”.
– ¿Qué opinión tiene de esta zona del punto de vista vitivinícola?
– Esta es una región que tiene una larga tradición en producción de vino, conocida en todo Chile por lo demás, y el esfuerzo que están haciendo por renovar su producción, creo que va en la dirección de lo que hay que hacer.