Como ha planteado el ministro de Energía Máximo Pacheco a quien quiera escucharle y ha repetido una pléyade de parlamentarios, durante esta jornada no se decidirá la construcción o no represas en la Patagonia. “No está en juego una Patagonia sin Represas” ha sido la frase exacta.
Y en eso concuerdo, tanto si se rechaza como si se aprueba HidroAysén.
Si se desecha, tal no significará que el apetito por meterle mano a los ríos de Aysén se saciará. Tampoco que Daniel Fernández aparecerá esta noche por cadena nacional, flanqueado por Jorge Rosenblut Ratinoff (presidente de Endesa) y Bernardo Larraín Matte (presidente de Colbún), para decir que serán devueltos los derechos de agua, que el suyo fue un mal estudio y peor proyecto, y que por tanto crearán una fundación de defensa de la Patagonia. Si usted quiere que aquello ocurra, espere sentado porque tal no sucederá.
Ya lo hemos dicho. Mientras los ríos de Chile y la Patagonia fluyan con los ingentes caudales que portan, el empeño por represarlos no amainará. Porque Energía Austral mantiene activo y en tramitación su peligroso proyecto río Cuervo. Porque el Puelo sigue amenazado. Porque Alto Maipo, está en construcción. En Aysén, como en el resto del país, debemos prepararnos para aquello. Primero discutiendo la matriz energética que queremos tener como región, y si tal incluye recuperar los derechos de agua esa será la tarea esencial. Una en la que nos involucraremos tanto ayseninos como chilenos, porque agua es un objetivo primordial.
Y si se aprueban las cinco represas en los ríos Baker y Pascua, tampoco será definitorio para una Patagonia sin Represas. Lo dijimos el 9 de mayo de 2011 cuando, con la tristeza en el alma por una decisión injusta, Pilar Cuevas, intendenta de Sebastián Piñera, junto a una mayoría de sus secretarios regionales ministeriales, dio el visto bueno regional a HidroAysén: “Nuestra lucha no es para que estos nefastos proyectos no se aprueben, nuestra lucha es para que no se hagan”. Y lo dijimos así, aunque se escuche soberbio, porque más que claro han quedado los amarres de Chile a un sistema institucional que no permite a los ciudadanos y comunidades incidir en las políticas públicas y que está torpedeado por intereses ajenos al colectivo.
Reiteramos, sabemos que este martes no se define Patagonia sin represas. Y pase lo que pase hoy en Santiago, en Aysén seguiremos en la tarea de construir una matriz energética diversificada y sustentable, desde Aysén, para Aysén.
Y ese camino es parte de una ruta mayor, una ruta que se llama Aysén Reserva de Vida, que es la que en definitiva queremos y vamos a recorrer.