¿Quien más sufre con la ineficiencia y desarrollo energético es la naturaleza. Nuestro planeta grita de dolor y manifiesta su grave enfermedad en la crisis ecológica, expresión de otras crisis más profundas y vitales?, manifestó el sacerdote.
El día miércoles, La Moneda recibió una carta firmada por el Obispo de Aysén, Luis Infanti, y dirigida al comité de ministros a cargo de resolver las reclamaciones que tiene el proyecto HidroAysén.
En la misiva, la autoridad religiosa esgrime una serie de argumentos destinados a la reflexión que los secretarios de Estado deberán hacer antes del 10 de junio. Esta es la misma carta que el sacerdote entregó personalmente al comité de ministros del gobierno de Sebastián Piñera que debía resolver esta materia.
“¿Este megaproyecto favorecerá la economía del país? Las mega-represas y su correspondiente tendido eléctrico, ¿serán en beneficio solo de algunas empresas transnacionales, acariciadas por el apoyo del gobierno, o sacrificarán nuevamente la economía del pueblo y sobre todo de los más pobres?”, son las preguntas que plantea el documento.
“Para su decisión se plantearán las diferencias entre necesidad y urgencias energéticas, lo peligroso que es tomar una decisión sobre un proyecto que sería irreversible, si no tenemos una política nacional de energía que cuente con amplio consenso. La propuesta de una ‘carretera eléctrica’, si no se desprende de una política energética, sería otro desacierto irresponsable, difícil de perdonar”, señala el texto.
Asimismo, se refiere al impacto que el proyecto energético tendría en los recursos naturales de nuestro país, señalando que “quien más sufre con la ineficiencia y desarrollo energético es la naturaleza. Nuestro planeta grita de dolor y manifiesta su grave enfermedad en la crisis ecológica, expresión de otras crisis más profundas y vitales”.
“Resuena cada vez con mayor fuerza en nuestro pueblo la afirmación de que ‘Chile es un país que ha vendido sus bienes’ (aguas, tierras, mares, minerales…) al capital transnacional, pero afortunadamente no ha vendido su conciencia de querer ser un pueblo libre, pacífico, solidario, equitativo, fraterno”, agrega el Obispo.
En ese sentido, alerta sobre lo que podría ocurrir a nivel social en caso de “no ser atendidos estos anhelos profundos”. Como resultado “puede tambalear gravemente la paz social, como constatamos con profundo dolor y preocupación está sucediendo con los queridos Hermanos Mapuche”.