El proyecto minero ha sido manejado por la cuprífera estatal de la manera más cauta posible. Actualmente, CODELCO se encuentra dando respuesta a las más de 2.000 observaciones y consultas que recibió la evaluación ambiental del proyecto de manos de los servicios estatales y de las comunidades afectadas. Tienen plazo hasta el 31 de julio para pronunciarse.
Año 2013. El precio del cobre ha bajado y los yacimientos que posee CODELCO están agotándose. Por este motivo, tal como señala en su página web la minera estatal, “Andina 244 es uno de los 5 proyectos estructurales de Codelco que tienen por objeto mantener el liderazgo de la empresa como mayor productor de cobre del mundo, reemplazando yacimientos antiguos que naturalmente van disminuyendo su capacidad productiva.” La interrogante que naturalmente asoma tras esta frase se basa en la preocupación del futuro del país. CODELCO ha mermado su participación en el mercado internacional y en la explotación de las riquezas nacionales, por lo que debe asumir un rol más protagónico y de esta manera asegurar más recursos para los chilenos. Claro, pues si CODELCO gana, al final todos ganamos. Mas cobre público son en teoría más hospitales, más colegios, más reformas educacionales, más pases todo el año, etc. En definitiva, y ojalá que así fuera, más seguridad social. Sin embargo, el debate esconde un tema ambiental de fondo tan grande como lo es en el caso del Proyecto Pascua Lama. Distintas realidades, pero circunstancias y efectos ambientales similares, aunque nunca comparables.
El tema de debate es Expansión Andina 244. El proyecto minero bi regional que pretende aumentar la producción de cobre de la división Andina de CODELCO de 152 mil toneladas de mineral diario a 244 mil toneladas diarias, casi duplicando la producción de Chuquicamata y simulando sus características de explotación. Mientras que la mina del norte tiene una profundidad cercana a los 1.000 metros y ocupa una superficie de 830 hectáreas, Andina 244 tendrá una profundidad de 800 metros y abarcará una superficie de 3.280 hectáreas, considerando todas las instalaciones planificadas. Todo esto al término de su vida útil (65 años), aunque los pronósticos podrían extender las cifras dependiendo del futuro del mineral. Este mega proyecto minero, que a mediados del año pasado requería de una inversión de US$ 6.200 millones, y hoy en día se estima en un costo de 6.800 millones de dólares, entregará al estado más de US$ 10.000 millones durante sus primeros 15 años, según cifras de CODELCO. El monto señalado alcanzaría para financiar 200 hospitales públicos similares al de Calama, y equivaldría a tres veces lo que el país está invirtiendo en la reconstrucción de las viviendas dañadas por el terremoto del 27 de febrero de 2010. Otro aspecto que ha sido señalado como relevante por parte de la minera es el aporte que realizaría Andina 244 al empleo, generando cerca de 18.000 plazas de trabajo en el peak de su construcción, la que según los planes de CODELCO, debiese estar operativa para el año 2020, luego de 6 años de construcción. Es decir, si todo se da como espera la empresa, los trabajos comenzarían durante el presente año.
El proyecto pretende extraer el material desde la faena de la mina, la que estará ubicada en la actual División Andina de
Codelco. El concentrado de cobre se trasladará hasta Til Til, usando 77 kilómetros de tuberías, para posteriormente ser movilizado a través de 108 kilómetros de vía férrea actualmente existente, y finalmente será
embarcado en la bahía de Quinteros para su exportación (ver infografía).
El lado B de Andina 244
Si bien las cifras reveladas dan señales de un proyecto que es a todas luces un aporte para el Estado, el tema central que ha captado la atención de expertos, ambientalistas y parlamentarios, está dado por las grandes externalidades que generará Andina 244. La principal preocupación radica en la afectación que tendrá el proyecto sobre los glaciares de la Región de Valparaíso y Metropolitana. Si bien en un principio se creía que la mina afectaría el mítico Glaciar La Paloma, en el Parque Yerba Loca, CODELCO ha desmentido esta situación, señalando que serán intervenidos 6 glaciares, pero ninguno de ellos el mencionado, aunque sí se encuentra dentro del área de influencia del proyecto, junto a otras 1.054 hectáreas de glaciares de roca y descubiertos. ¿Qué quiere decir esto en términos prácticos y simples? Que de alguna forma u otra son susceptibles de ser afectados, aun cuando no serán intervenidos directamente.
En relación a los glaciares afectados, según CODELCO, el proyecto afectaría a seis glaciares de roca. Cinco de ellos serán intervenidos parcialmente, mientras que uno desaparecerá completamente, el “Milos 2”, ya que será cubierto por un botadero producto de la operación de la mina.
Los glaciares se dividen según la cantidad de impurezas que tengan y conformación que presenten. De este modo podemos diferenciar a dos grupos, los glaciares blancos, que son los que vemos a simple vista cuando miramos la cordillera; y los glaciares de roca, que están compuestos por fragmentos de roca y una matriz de hielo. Estos últimos no son perceptibles a simple vista ya que se encuentran bajo el manto rocoso.
La defensa que ha realizado la empresa se basa en que el proyecto no afectaría glaciares blancos, por ende en términos simples, no tendría grandes efectos sobre la disponibilidad de agua de las cuencas. Sin embargo, los expertos tienen una opinión diferente. Debido a sus características, los glaciares de roca pueden llegar a acumular hasta un 90% de hielo interno, lo que los hace muy importantes para el aporte hídrico, especialmente en épocas de altas temperaturas. Por este motivo, los glaciares de roca podrían jugar un papel fundamental sobre el recurso hídrico ante las variaciones de temperatura que se esperan a raíz del cambio climático. Esta información se refleja en el estudio denominado “La importancia de los glaciares de escombros en los sistemas geomorfológico e hidrológico de la cordillera de Santiago”, el cual fue desarrollado por Alexander Brenning, experto canadiense en dinámica de glaciares. En él, se menciona la importancia de los glaciares de roca, presentes en diferentes cuencas de Santiago, como reservorios de agua a largo plazo. El tema de la afectación de los glaciares de roca es uno de los debates centrales que presenta el proyecto, y ya ha sido motivo de análisis entre los expertos debido al proyecto minero Pascua Lama.
Según el estudio de impacto ambiental, la línea base de hidrología menciona a parte de la cuenca del Río Aconcagua y del Río Maipo como áreas de influencia del proyecto.
Sumado a todo esto se encuentra el impacto que generaría el polvo en suspensión producto de la fase de construcción y operación de Andina 244. El material particulado que se deposita sobre los glaciares blancos puede traer consecuencias nefastas sobre estos, ya que disminuye la cantidad de energía solar que es reflejada por el cuerpo blanco. Además, las partículas de polvo, al calentarse, producen un efecto sobre el hielo aledaño, aumentando significativamente el derretimiento glaciar. Al respecto, la ONG Greenpeace elaboró un informe en donde señala que este aspecto no fue considerado por CODELCO en la elaboración del estudio de impacto ambiental, minimizando el impacto a los 6 glaciares de roca antes descritos. En este sentido, en el informe presentado al Servicio de Evaluación Ambiental, se califica el impacto del polvo sobre glaciares descubiertos como “No Significativo y Moderado”. Siguiendo la nefasta experiencia ambiental que nos aportó Pascua Lama, es claro que el polvo en suspensión producto de las actividades mineras produce efectivamente un impacto significativo sobre los glaciares próximos, lo que aumenta en definitiva el área de influencia directa que posee el proyecto.
Flora, Fauna y Arqueología, cifras alarmantes
En relación al área de influencia de la flora, el proyecto considera una superficie de 3.372,1 hectáreas, de las cuales el 58% se encuentra cubierto por vegetación. Mientras que para la fauna, el estudio de impacto ambiental señala la existencia de 12 ambientes, agrupando a más de 108 especies correspondientes a 2 especies de anfibios, 10 de reptiles, 77 de aves y 19 mamíferos. Este dato es clave, ya que 24 de las especies observadas en el área se encuentran en categoría de conservación, entre las que destacan las siguientes cifras: 8% en peligro de extinción, 42% en categoría vulnerable y 29% consideradas raras (siguiendo la tipificación antigua de especies en categoría de conservación).
La sección de arqueología que se menciona en el estudio de impacto ambiental es también preocupante, ya que según las prospecciones arqueológicas desarrolladas desde 1982 y mencionadas en el estudio de impacto ambiental, el área de influencia del proyecto incluye a 75 sitios patrimoniales, siendo casi todos de la época prehispánica.
El proyecto y la política
Este proyecto ha generado una extraña oposición. Debido al área geográfica de emplazamiento, los primeros afectados producto de la operación del proyecto serán los habitantes de la comuna de Lo Barnechea. Muy por el contrario al resto de las externalidades ambientales generadas por la mega industria, esta vez la población más cercana a Andina 244 está conformada por el sector más rico de nuestro país, y no por las clases socieconómicas más pobres, que habitualmente terminan pagando los costos ambientales del “progreso”. Esta lucha ha llevado a que miembros de la clase política de derecha, quienes históricamente han omitido su participación en temas ambientales, sean los principales detractores de este proyecto. A Felipe Guevara (RN), Alcalde de Lo Barnechea, se le han sumado voces parlamentarias de la UDI, además del ecologista Antonio Horvath (ex RN), quien ha sido uno de los más fervientes opositores a HidroAysén. Con esta transversalidad en la oposición, todo parece indicar que el proyecto no tendrá tantos aliados políticos como quizás CODELCO hubiese querido.
Andina 244, una lucha contra nosotros mismos
El proyecto, que ha generado serias dudas para los expertos y ambientalistas, parece ser un tema zanjado. La minera ya había en un pasado postergado su incorporación al Sistema de Evaluación Ambiental, esperando las condiciones óptimas para su desarrollo. Es por esto que actualmente ha llevado las negociaciones con una cautela extrema, tratando de involucrar a todas las comunidades afectadas dentro de la participación ciudadana, pero evitando su propagación en medios de prensa. Es así como ha tenido tanto avance sin que muchos habitantes de Santiago hayamos siquiera sentido su sombra. Aún así, el estudio de impacto ambiental ha recibido más de 2.00 observaciones y consultas, las que actualmente CODELCO se encuentra respondiendo. Para ello solicitó una prórroga en el plazo de entrega durante diciembre del 2013, por lo que el plazo actual para entregar el informe final es hasta el 31 de julio del presente año.
La Expansión Andina 244 es finalmente la representación de un modelo político y económico que ha llevado adelante Chile desde el inicio de la minería cuprífera. Es el sistema de exportación de materia prima, el olvido de la industrialización tan aclamada en los sesenta, y constituye un modelo de crecimiento que ha tenido a Chile liderando las exportaciones en cobre a un costo ambiental altísimo. Por este motivo, el proyecto es lamentablemente una lucha contra nosotros mismos, porque al ser CODELCO una empresa estatal, es la principal cuenta de ahorro que pretende servir al país. Decir no a este proyecto minero es también decir no a más recursos para el estado, pero también es decir no bajo el marco de una mejor calidad de vida, siguiendo la idea de que Chile puede y debe crecer cuidando su integridad ambiental y diversificando su economía.
Todo parece indicar que Andina 244 es un gigante dormido que pretende despertar. Esperemos que cuando lo haga tengamos las armas para defender lo que nos corresponde por derecho, como vivir en un medio ambiente libre de contaminación.