Una pugna que ya llegó a los tribunales de justicia es la que tiene enfrentados a los regantes del río Tinguiririca en la VI Región con dos centrales hidroeléctricas ubicadas en el inicio del caudal y que pertenecen a la empresa Tinguiririca Energía.
Se trata de las centrales de paso La Higuera y la Confluencia, que según la Junta de Vigilancia del río están afectando el riego de unos siete mil agricultores de la zona, ya que, según acusan, la operación de las centrales ha producido una alteración del caudal.
Las centrales, pertenecientes a Tinguiririca Energía, se defienden, y dicen que esa alteración no es atribuible a su funcionamiento. Y si bien se intentó una mesa de trabajo entre ambas partes, el asunto deberá resolverse luego de que se pronuncie la Corte de Apelaciones de Rancagua que acogió el recurso presentado por los regantes.
Alteración del caudal
Según el presidente de la Junta de Vigilancia del río Tinguiririca, Jorge Villagrán, la situación se comenzó a registrar en 2010 con el inicio del funcionamiento de la central La Higuera, lo que coincidió con un segundo año de sequía.
Según Villagrán, el problema se fue acentuando y frente a una disminución natural del cauce, las centrales se han visto obligadas a almacenar agua durante ciertas horas para generación y luego devolverlas de forma normal. “Pero estas alteraciones que significan las puestas en marcha y cortes en las horas que almacenan agua, sin lugar a dudas que produce problemas en la distribución y en el uso normal del agua por parte de los regantes”, explicó Villagrán, lo que se traduce en “un accionar ilegal y arbitrario por parte de las hidroeléctricas que han alterado el régimen natural del río, que nos trae aún más problemas en un tercer año de sequía”.
Para Tinguiririca Energía, el recurso judicial fue una sorpresa, ya que asegura que desde agosto ha trabajado intensamente con los regantes, destinando recursos técnicos, humanos y financieros para lograr un uso armónico de las aguas del río entre generación de energía y la agricultura.
Según el gerente general del grupo, Laine Powell, “las alteraciones detectadas en el río no son atribuibles per se a Tinguiririca Energía. Naturalmente (con o sin nuestras centrales), el río presenta variaciones, acentuadas por la sequía”. Powell explica que por ser centrales de paso, devuelven el agua al río y en una situación extrema como en esta sequía, las variaciones que puede provocar la central son de un 10%, lo que equivale a sólo 7 m3/s de agua. “Hemos pedido en reiteradas oportunidades a los regantes que nos informen acerca de los supuestos impactos que ha tenido nuestra operación, sin embargo, nunca hemos recibido información concreta al respecto”, dice Powell.
La empresa presentó soluciones a largo plazo como un contraembalse, para el cual ya inició el estudio con expertos de la Universidad Católica.
Tras acoger el recurso, los tribunales pidieron a la Dirección General de Aguas emitir un informe técnico. Según el director de la DGA, Matías Desmadril, ya se había hecho un proceso de fiscalización derivado de denuncias de los regantes y se están emitiendo los informes.
Fuente: La Tercera