Organizaciones territoriales argumentan que desde la aprobación del permiso ambiental, hace más de 10 años, los impactos han variado significativamente tanto en el entorno natural como en lo relacionado al patrimonio arqueológico indígena presente en el área de influencia del cuestionado proyecto noruego.
Las comunidades mapuche Koyam Ke Che y comunidad Leufu Pilmaiquén Maihue, junto a su autoridad ancestral mapuche, machi Millaray Huichalaf, presentaron el pasado lunes un reclamo judicial ante el Segundo Tribunal Ambiental de Santiago, con el objetivo de que se le ordene a la autoridad ambiental iniciar un proceso de revisión extraordinario del permiso ambiental de la Central Hidroeléctrica Los Lagos (RCA Nº 3573/2009), que hoy está en manos de la empresa estatal noruega Statkraft.
Cabe precisar que el permiso data de 2009, y a la fecha no se ha construido el cuestionado proyecto. Según argumentan los representantes mapuche, las variables evaluadas hace más de 10 años, sobre las cuales fueron establecidas las medidas asociadas a los impactos del proyecto en el patrimonio arqueológico indígena y la fauna acuática del río Pilmaiquén, han cambiado sustantivamente en relación a lo proyectado.
Ante eso, lo que busca este recurso judicial, es que se adopten las medidas necesarias para corregir estas situaciones y que se realice una consulta a las comunidades mapuche de los territorios ribereños, en virtud a la normativa y a los convenios internacionales vigentes en la materia.
Según dirigentes mapuche, en materia de impacto al patrimonio arqueológico y cultural en las comunidades aledañas, desde el 2012 Statkraft ha realizado actividades de sondeo en el área de influencia del proyecto y en dos sitios arqueológicos identificados en 2008 durante la evaluación ambiental del proyecto.
Sin embargo, y a pesar de que dichas actividades recaen sobre el patrimonio arqueológico de las comunidades mapuche ribereñas y dan cuenta de su presencia ancestral en ese territorio, las labores de la estatal noruega han sido llevadas a cabo sin la participación de las comunidades mapuche williche.
Sin perjuicio de lo anterior, en actividades de inspección visual efectuadas por comuneros y profesionales arqueólogos, ha sido posible detectar que los sitios arqueológicos presentes en el área son de una extensión mayor a la considerada durante la evaluación ambiental del proyecto y que estos han comenzado a ser intervenidos producto de la construcción de un camino interior, dejando expuestas piezas arqueológicas y parte del sitio a la erosión y deterioro producto de las condiciones climáticas, así como la entrada de ganado al área.
Además, Statkraft ha avanzado en la definición de una propuesta de rescate arqueológico, con el objetivo de liberar estos lugares para la construcción de la central, minimizando la extensión e importancia sociocultural de los sitios arqueológicos. De dicho proceso, las comunidades mapuche williche del territorio no han participado, pese a que se trata de una medida administrativa que pretende compensar los impactos de la central en su patrimonio arqueológico y que da cuenta de su presencia en este territorio desde tiempos inmemoriales.
Según exponen las comunidades, esto resulta del todo irregular, y sostienen que toda intervención debe enmarcarse en los parámetros establecidos por el SEIA, por lo que piden un proceso de revisión de la RCA, con un procedimiento de participación previa y especial para las comunidades que habitan el territorio, conforme a los estándares del Convenio Nº 169 de la OIT, donde se definan las medidas de rescate y compensación de los impactos que el proyecto genera sobre el patrimonio arqueológico y cultural mapuche.
En lo que dice relación con los impactos del proyecto sobre la fauna acuática, cuando fue calificada favorablemente la Central Hidroeléctrica Los Lagos, se carecía de información oficial respecto a la categoría de protección de la fauna íctica nativa presente en el área intervenida por el proyecto, y cuyo hábitat se verá irremediablemente fragmentado, no sólo por esta central, sino que también por la Central Hidroeléctrica Osorno, ambas del mismo titular, la empresa estatal noruega Statkraft.
Sin embargo, la anterior situación de falta de información respecto a los estados de conservación de la fauna íctica nativa del río Pilmaiquén, que en su momento justificó el establecimiento de las medidas relativas a este impacto, ha variado de forma significativa existiendo especies de peces nativos en estados críticos de conservación.
De esta forma, a más de 10 años desde la aprobación ambiental de este cuestionado proyecto, sin que sus obras hayan sido efectivamente construidas en el río, resulta fundamental para las comunidades adoptar medidas de resguardo de la fauna íctica nativa en el río Pilmaiquén, la cual hace parte del medio ambiente en el que se desarrollan las formas de vida y culturas de las comunidades.
Fuente: Noticias Los Rios