Resulta insólito que sea el Ministro de Minería, Baldo Prokurica, quien defiende las indicaciones incorporadas por el ejecutivo al proyecto de Ley de Protección de Glaciares. ¿No deberían ser el Ministerio de Medio Ambiente o la Dirección General de Aguas, los interlocutores respecto de esta política pública? Es claro que el gobierno entregó a quienes están destruyendo glaciares, la prerrogativa de modificar, de acuerdo a sus intereses, el proyecto que propone protegerlos. Por ello no es necesario que responda sobre quien hace lobby para debilitar el texto. Él junto a Joaquín Villarino del Consejo Minero se han evidenciado al defender las indicaciones.
Abundante investigación científica ha demostrado la destrucción de glaciares por la minería en Chile. Golder Associates en 2005 mostró la destrucción irreversible de 62% del Glaciar Toro 1 y 71% del Glaciar Toro 2 por las exploraciones de Barrick entre 1981 y 2000. Brenning y Azocar muestran que al año 2010 las mineras habían destruido 4.5 km2 de glaciares, estimando una pérdida de más de 24.000 m3 de agua dulce. Recientemente Capus demostró que 1/3 de los glaciares presentes en el área de faenas de Codelco/Andina y Anglo American/los Bronces en 1955, han sido destruidos por ambas empresas en la cordillera de Valparaíso y Santiago (Bodin 2019). Empresas que junto a los ministros de minería han sido las más activas en bloquear todas las iniciativas legislativas para la protección de los glaciares en la última década.
Los glaciares son la principal reserva agua dulce en Chile central aportando entre 33% y 67% de los caudales según la misma DGA, dependiendo de la temporada. Por ello, el presidente Piñera, debería proteger los glaciares y no avalar iniciativas para seguir destruyéndolos. Chile puede vivir y desarrollarse con menos cobre, pero no así con menos agua.
Carta al Director de Sara Larraín
Publicada en La Tercera