Actualmente las investigadoras a cargo del proyecto se encuentran rastreando las áreas más idoneas para la instalación del proyecto pionero en la región.
Localizar potenciales áreas para la instalación de atrapanieblas en la Región de Antofagasta, mediante el uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG), consideró la materialización de un proyecto pionero que busca contribuir a diversificar la matriz hídrica de la zona.
El trabajo, emprendido por ingenieras del Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (Ceitsaza) de la Universidad Católica del Norte (UCN), incluye un área de estudio que se extiende desde la desembocadura del río Loa, por el norte, hasta el sector del Parque Nacional Pan de Azúcar, por el sur.
La idea fue tomar información disponible, procesarla y comenzar a generar cartografía sobre el tema, la que puede ser de gran utilidad en el futuro, tomando en cuenta el histórico déficit de agua que afecta a este territorio del Desierto de Atacama.
“Dado que ha costado que la matriz hídrica de la región se diversifique, tuvimos la intención de avanzar con el tema del agua de niebla, recurso que empezó a ser estudiado en la región ya en los años cincuenta”, resaltó la ingeniera civil ambiental líder del proyecto, Paola Agüero Espíndola.
La especialista indicó que si bien la zona fue pionera en ese tipo de estudios en el pasado, en especial con los trabajos realizados por el inventor del atrapanieblas, el Dr. Carlos Espinosa, de la entonces Universidad del Norte, en la actualidad la región vive un periodo de estancamiento que se ha mantenido por décadas, siendo superada por otras zonas del país.
Citó como ejemplo la Región de Coquimbo, uno de los territorios que ahora tiene el liderazgo en temas de sistemas de captura y de cosecha de agua de niebla a nivel nacional, donde incluso aprovechan este recurso para la elaboración de cerveza artesanal, entre otros usos.
Sobre la cantidad del vital elemento que es posible recolectar, Paola Agüero indicó que es necesario avanzar en la realización de estudios cuantitativos posteriores que permitan calcular cuánta agua es posible obtener por esta vía en la zona.
Señaló el interés de continuar a futuro con estudios de percepción remota con imágenes satelitales, que contribuyan a identificar en el territorio, dónde hay reales expresiones de vegetación xerófita. Esas serían las primeras áreas a las cuales se podrían dirigir investigadores para hacer estudios cuantitativos de la cantidad de agua que es posible recolectar.
“La percepción remota es un área muy rica, porque entrega información del territorio sin tener que estar ahí. La NASA liberó todas las imágenes satelitales, entonces el insumo es libre. Lo que hay que costear es el hardware, software y el
especialista”, aseguró la ingeniera al referirse a las ventajas de esa tecnología.
Una vez conocido el potencial hídrico existente en un lugar, el siguiente paso es encontrar la mejor forma para cosechar el recurso. En la actualidad están disponibles distintos tipos de tecnologías y colectores de agua de niebla, los que responden a distintos territorios. Entre estos resaltan los tridimensionales, los en forma de torre, condensadores de agua u otros sistemas relacionados, como los colectores de rocío. “La geometría va cambiar según las características del territorio y sus necesidades”, especificó la especialista.
Fuente: El Nortero