Hemos visto, especialmente durante las últimas tres semanas, un intenso debate sobre las ventajas (pequeños avances, pero muy importantes) y desventajas (la mayor parte de ellas infundadas) sobre la Reforma al Código de Aguas que se encuentra en tabla en Sala de Sesiones para finalizar su primer trámite, en la Cámara de Diputados.
Se ha dicho que esto afectará a sectores productivos como la Hidroelectricidad o la Agricultura, pero nada se ha dicho sobre la importancia de esta pequeña gran reforma para el sector productivo del Turismo.
En un país que ha sido elegido recientemente como uno de los 8 destinos ganadores del World Travel Awards para el Turismo Aventura a nivel mundial, obteniendo el primer lugar para Sudamérica, aprobar aspectos como la protección de los ríos a través de la aplicación de un Caudal Ecológico para todos los derechos de aguas de todas las fuentes superficiales, es simplemente de vital importancia.
Muchas economías locales sustentables, así como grandes complejos turísticos, dependen de los servicios ambientales que proveen los ecosistemas, no solo a nivel de paisaje, sino también a nivel biológico. El rafting, el kayak, los frutales, las mermeladas, el olor de la humedad a la orilla de un rio, una cabalgata, el verde o los oasis en el norte, dependen del agua.
Debemos pensar en el bien común y comenzar realmente a potenciar una industria sin chimeneas para convertirnos más que un país minero (sin dejar de serlo, pero de manera responsable) en un país Eco-turístico. Pensemos en todos los sectores productivos y no sigamos engañando a la opinión pública, ya que al contrario de lo que dicen algunos gremios, esta Reforma es urgente y necesaria, no solo para ordenar la casa, sino para protegerla, frente a un escenario de Cambio Climático irreversible.
Publicada en La Tercera