Duro golpe recibieron ayer las religiosas luego que el intendente y seremis de la región metropolitano aprobaran calendario de trabajo del proyecto que incluye una servidumbre de paso perpetua por el monasterio.
Estaba todo cocinado. El intendente Claudio Orrego y los Seremis sólo tenían que decirlo públicamente. Para eso, qué mejor que organizar una solemne reunión que sirviera para aparentar libertad en el voto.Antes de comenzar la votación, ya se sabía el resultado de boca de algunos seremis. “Es difícil ir en contra de lo que aprobó el comité de Ministros”, explicaban en los pasillos.Así alejados del sentir ciudadano –tal como lo señalan las últimas encuestas- el intendente dio paso a la sesión formal que ratificaría lo dicho por los ministros encabezados por Máximo Pacheco y favoreciendo los intereses de la mencionada empresa.
Tres minutos concedieron a seis personas que, previamente, se habían inscrito. Primero lo hizo la Concejal Maite Birke, quien expresó su oposición a la hidroeléctrica afirmando que con ello se obligará a la comunidad de religiosas a abandonar el lugar.
“Este proyecto atropella el corazón de la vida contemplativa que escogieron las religiosas al recluirse en un convento para dedicarse a la oración por la humanidad y destruyen nuestro patrimonio espiritual”, indicó la autoridad comunal agregando que la energía espiritual de este monasterio es más importante que la rentabilidad de una hidroeléctrica.
Luego, intervino la priora del convento, hermana María Elisa, quien sostuvo que el derecho canónico establece que “en un lugar sagrado sólo puede admitirse aquello que favorece el ejercicio y fomento del culto, de la piedad y la religión, y se prohíbe lo que no esté en consonancia con la santidad del lugar”.“Por esta razón –afirmó enérgicamente- haremos respetar la ley en nuestra propiedad, no permitiendo el paso de ductos”.
Los lazos entre Alto Maipo y Coyanco
En representación de la empresa Coyanco, que es propietaria del proyecto hidroeléctrico, habló el abogado Rodrigo Guzman Rosen, quien además, simultáneamente, se desempeña como auditor de la ejecución de las obras de Alto Maipo
En la ribera norte del río Maipo, con Aesgener, usa el ropaje de fiscalizador acá, en la ribera sur, este abogado defiende los intereses de la empresa de Juan Claro; todo al mismo tiempo, en paralelo.
Guzman Rosen, quien durante 12 años fue director jurídico de la Comisión Nacional de medioambiente, hace las auditorías de Alto Maipo que luego son entregadas en la superintendencia de medioambiente y que le permiten decir a este proyecto que está siendo fiscalizado.
Luego de las intervenciones, se efectuó la votación que no alcanzó a durar un minuto y se acabó la sesión.
A su término, la superiora de las Carmelitas se acercó al yerno de Juan Claro, Ian Nelson y le dijo: Lo felicito. Usted ahora debe estar contento. Logró destruir una comunidad Carmelita e imponerse sobre el derecho canónico.La empresa Coyanco sabe ahora que las religiosas no aceptarán que pasen los ductos de agua que derribarán el Santuario de la Virgen del Carmen y el Vía Crucis, recorrido de oración que se encuentra bajo clausura papal y por tanto, regido por las normas del derecho canónico.
Tres minutos concedieron a seis personas que, previamente, se habían inscrito. Primero lo hizo la Concejal Maite Birke, quien expresó su oposición a la hidroeléctrica afirmando que con ello se obligará a la comunidad de religiosas a abandonar el lugar.
“Este proyecto atropella el corazón de la vida contemplativa que escogieron las religiosas al recluirse en un convento para dedicarse a la oración por la humanidad y destruyen nuestro patrimonio espiritual”, indicó la autoridad comunal agregando que la energía espiritual de este monasterio es más importante que la rentabilidad de una hidroeléctrica.
Luego, intervino la priora del convento, hermana María Elisa, quien sostuvo que el derecho canónico establece que “en un lugar sagrado sólo puede admitirse aquello que favorece el ejercicio y fomento del culto, de la piedad y la religión, y se prohíbe lo que no esté en consonancia con la santidad del lugar”.“Por esta razón –afirmó enérgicamente- haremos respetar la ley en nuestra propiedad, no permitiendo el paso de ductos”.
Los lazos entre Alto Maipo y Coyanco
En representación de la empresa Coyanco, que es propietaria del proyecto hidroeléctrico, habló el abogado Rodrigo Guzman Rosen, quien además, simultáneamente, se desempeña como auditor de la ejecución de las obras de Alto Maipo
En la ribera norte del río Maipo, con Aesgener, usa el ropaje de fiscalizador acá, en la ribera sur, este abogado defiende los intereses de la empresa de Juan Claro; todo al mismo tiempo, en paralelo.
Guzman Rosen, quien durante 12 años fue director jurídico de la Comisión Nacional de medioambiente, hace las auditorías de Alto Maipo que luego son entregadas en la superintendencia de medioambiente y que le permiten decir a este proyecto que está siendo fiscalizado.
Luego de las intervenciones, se efectuó la votación que no alcanzó a durar un minuto y se acabó la sesión.
A su término, la superiora de las Carmelitas se acercó al yerno de Juan Claro, Ian Nelson y le dijo: Lo felicito. Usted ahora debe estar contento. Logró destruir una comunidad Carmelita e imponerse sobre el derecho canónico.La empresa Coyanco sabe ahora que las religiosas no aceptarán que pasen los ductos de agua que derribarán el Santuario de la Virgen del Carmen y el Vía Crucis, recorrido de oración que se encuentra bajo clausura papal y por tanto, regido por las normas del derecho canónico.