Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff) declaró este martes que «si bien el análisis profundo de las causas de esta catástrofe aún está pendiente, puede relacionarse con eventos como el fenómeno del niño y el cambio climático, al mismo tiempo que se reconocen sus causas profundas en el modelo de producción extractivista, el cual ha permitido el uso y abuso de nuestros recursos naturales, llevándolos al deterioro y agotamiento que evidenciamos hoy».
El Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff)declaró este martes que la grave situación que se vive Chiloé«es una de las peores catástrofes sociales y ambientales que registra la historia de nuestro país».
«Si bien el análisis profundo de las causas de esta catástrofe aún está pendiente, puede relacionarse con eventos como el fenómeno del niño y el cambio climático, al mismo tiempo que se reconocen sus causas profundas en el modelo de producción extractivista, el cual ha permitido el uso y abuso de nuestros recursos naturales, llevándolos al deterioro y agotamiento que evidenciamos hoy», añadió.
También recordó los hechos que antecedieron a la actual crisis como la varazón de cientos de cetáceos en el sur de Chile durante el año 2015; la mortandad de millones de salmones en los centros de cultivo aledaños a Chiloé a comienzos del 2016, causada por el florecimiento de algas nocivas (FAN), y la masiva varazón de jibias, bilvalvos y sardinas en las costas de Chiloé.
«Todos estos hechos se han atribuido a cambios físico-químicos de la columna del agua, productos de los fenómenos del Niño y del cambio climático. Sin embargo, la autorización de parte de las autoridades de gobierno, del vertido al mar de más de 9.000 toneladas de salmones putrefactos y de la utilización de productos químicos para evitar los olores, ha venido según nuestro criterio a exacerbar el problema», añadió Codeff.
«La cantidad de materia orgánica disponible posiblemente ha fomentado crecimiento masivo de las algas que causan las FAN. Cabe mencionar que los pescadores de Chiloé se opusieron al vertido de estos pescados muertos en las costas de Chiloé, pues sabían que podría afectar su fuente de trabajo y la rica biodiversidad de la zona, pero la autoridad indolente hizo oídos sordos a esta petición», afirmó Codeff.
A través de su filial en Aysén, Codeff ha estado investigando y denunciando hace dos décadas a la industria del salmón y sus «desastrosas prácticas», tales como el uso exagerado de antibióticos, el escape de millones de salmones y la contaminación de los cuerpos de agua con desechos de la industria, entre otras.
Por lo anterior, Codeff exigió a las autoridades a aclarar todo lo que ha ocurrido y lo que sigue ocurriendo con la actividad de las salmoneras en Chile, junto con una plena transparencia en la información sobre la forma y el lugar en que se vertieron los salmones putrefactos al mar y sobre que sustancias químicas se utilizaron en el proceso.
Fuente: La Nación