En pleno siglo XXI, más de 400 localidades en Chile dependen del paso de un camión con agua para poder subsistir. Muchos están acostumbrados a vivir con pocas gotas, pero en los poblados de Canela y Combarbalá, en la Región de Coquimbo, hasta eso es un recuerdo que se está secando.
En los valles interiores de Canela, en la Región de Coquimbo, el agua se ha transformado en un bien preciado. Sin el paso del camión los pueblos simplemente no sobreviven. Brenda Zepeda, vecina de Espíritu Santo, aún no olvida la angustia que sintió cuando el camión simplemente no pasó. “No sabíamos si iba a volver y de verdad nos preocupamos. No sabíamos qué hacer”, dice.
Noticia completa en: El Mercurio