A la construcción de la central Alto Maipo, se podría sumar un nuevo proyecto energético, la central hidroeléctrica El Canelo San José. Los seremis de la región metropolitana y el intendente se reunirán antes de 22 de julio para decidir el futuro del proyecto.
En San José de Maipo están viviendo unos días clave en materia ambiental. La central hidroeléctrica El Canelo, que ha sido duramente criticada por los vecinos y las autoridades técnicas competentes, se encuentra en a la espera de la decisión política de la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana.
El proyecto, impulsado por la empresa Coyanco de propiedad de Juan Claro, cuenta con una inversión de 50 millones de dólares y pretende construir una central de pasada en el río Maipo con una capacidad de generación de 16,06 megawatt (MW).
El proyecto ingresó el año 2012 al Sistema de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana, pero contó con una fuerte oposición por parte de los vecinos del sector, quienes realizaron más de 120 observaciones al estudio de impacto ambiental (EIA).
Durante la tramitación del EIA se realizaron cuatro instancias de revisión y observaciones (adendas) por parte de los servicios públicos, quienes finalmente recomendaron rechazar el estudio.
“El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región Metropolitana de Santiago, recomienda Rechazar el Estudio de Impacto Ambiental”. Esto debido principalmente a que no se presentaba información suficiente para evaluar los efectos producto de su construcción y operación, según se declara en el informe consolidado de la evaluación del proyecto.
La última palabra respecto a la central la tiene la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana, formada por las seremis de la región y presidida por el intendente Claudio Orrego, quienes deberán pronunciarse al respecto antes del martes 22 de julio.
Ante esta situación, una bancada transversal de parlamentarios durante el día de ayer solicitó a la comisión evaluadora rechazar el proyecto hidroeléctrico y ratificar la decisión del SEA.
Según constata en el documento enviado al Intendente y a las seremis, las diputadas encabezados por Cristina Girardi (PPD), Daniel Melo (PS), Andrea Molina (UDI), Yasna Provoste (DC), Gabriel Silver (DC), Leonardo Soto (PS) y Camila Vallejo (PC), entre otros, argumentaron que el proyecto afectará una gran porción de bosque nativo.
Por otra parte, expertos aseguran que el proyecto no sería del todo eficiente debido a la construcción de la central Alto Maipo, ya que El Canelo se ubicará en la zona intermedia, entre la captación y el punto de restitución de las aguas de Alto Maipo.
La polémica de los incendios del 2013
Durante finales del 2013 varias religiosas pertenecientes al Monasterio de las Carmelitas Descalzas, en la comuna de San José de Maipo, dieron a conocer públicamente su descontento con la central El Canela y con diversos incendios generados durante ese verano, los que arrasaron cientos de hectáreas de vegetación.
Por ese entonces todas las sospechas apuntaban a la empresa Coyanco, ya que el monasterio sería una de las zonas afectadas por la construcción de la central El Canelo.
Si bien las investigaciones de la fiscalía no han podido ligar directamente a la empresa con los más de 15 incendios que se registraron durante el año pasado, los vecinos del sector argumentaron su desconfianza.
Según señalaron públicamente por ese entonces, dentro de las observaciones emitidas al EIA se declaraba la posible afectación de varias hectáreas de bosque nativo, las que “curiosamente” fueron quemadas por uno de los incendios que afectó el sector, según señaló a la prensa en el año pasado Ximena Espinoza, una de las vecinas del sector.
La información coincide con el reporte del cuerpo de bomberos de la zona, donde se dejó entrever la posible intencionalidad de los siniestros debido a que sus circunstancias hacían poco probable una ocurrencia natural.
La empresa no se ha manifestado públicamente por las acusaciones de la comunidad, pero lo cierto es que los incendios dejaron un saldo de más de 280 hectáreas quemadas, siendo una gran parte áreas de bosque nativo que la comunidad pretendía conservar ante la construcción de la hidroeléctrica, y que según expertos demora más de 20 años en recuperarse.