Las indagaciones de la entidad revelaron, además, que los niños en la ciudad de Arica llegan a ingerir hasta 22 veces más de boro a través del consumo de agua potable, que lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los resultados son objetivamente negativos y mantienen en alerta a los facultativos: los niños de la Escuela General Manuel Baquedano, ubicada en la localidad de Poconchile -en la Región de Arica y Parinacota– consumen a través del agua potable de su establecimiento, hasta cinco veces más de arsénico de lo que permite la Norma Chilena (NCh409), llegando a índices de 0,0525 miligramos por litro (mg/L).
La denuncia fue realizada a través del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico (Colmed), encabezado por el toxicólogo Andrei Tchernitchin.
Los resultados de las muestras de laboratorio, revelan índices a noviembre de 2013 y fueron encargados por el Colmed al Centro Nacional de Medio Ambiente de la Universidad de Chile (Cenma).
El establecimiento educacional realiza clases para niños de enseñanza básica y asisten en promedio 100 menores. Por su parte César Huanca Chambe, presidente del Consejo de Territorios de Chapiquiña –localidad ubicada en Putre y emplazada en la misma región que Poconchile-, manifestó: “Me desarrollé como niño en esta escuela, me eduqué y probablemente también bebí agua contaminada. La problemática es política, económica y sanitaria”.
Según Tchernitchin, el Colmed ha identificado que el arsénico que contamina el agua potable en la zona, proviene de “los desechos tóxicos acumulados en el sector y a la actividad de la minera”, aseguró.
Para el especialista “la situación es crítica. Se debe comenzar a efectuar el tratamiento de las aguas y prohibir actividades mineras en las cabeceras de las cuencas”, dijo.
El arsénico es un elemento categorizado como “altamente tóxico”. Desde la Organización Munidal de la Salud (OMS), advierten que “la exposición prolongada al arsénico a través del consumo de agua y alimentos contaminados puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes”.
La OMS considera incluso, que “la intervención más importante en las comunidades afectadas consiste en prevenir que se prolongue la exposición al arsénico implantando un sistema seguro de abastecimiento de agua potable”.