SEGÚN RODRIGO WEISNER HAY QUE DARLE UN NUEVO TRATAMIENTO AL ORGANISMO: Weisner dijo que debiera otorgársele a esta repartición una mayor jerarquía, “que asegure su independencia”.
Varios cambios son los que a juicio del ex Director General de Aguas (DGA), Rodrigo Weisner, se deberían realizar en lo que guarda relación con la gestión del agua en el país. Lo primero sería darle un nuevo tratamiento a nivel constitucional. “Se debe incluir con el mismo nivel de importancia en la Constitución Política, todos los usos del agua, hoy sólo reservado para las actividades productivas”.
Además, debiera otorgársele a esta repartición una mayor jerarquía dentro del aparato estatal, que asegure su independencia. “Con el rango de servicio dependiente del Ministerio de Obras Públicas, su rol corre el riesgo de verse afectado por decisiones políticas que escapan a lo estrictamente técnico”, señaló, agregando que también es necesario potenciar el rol que tienen las organizaciones de usuarios de aguas, ya que, a su juicio, son los organismos más importantes en la gestión del recurso.
No a la nacionalización
Respecto a la postura que han adoptado algunos parlamentarios relativa a la necesidad de nacionalizar los recursos hídricos, Weisner es tajante y se muestra contrario a ello. La primera razón es que, comenta, todas las aguas en el país son bienes nacionales de uso público, de manera que esta iniciativa sería redundante. Por otro lado, si lo que se plantea es expropiar los derechos de agua, “obviamente sería un despropósito que el Fisco pague eso por un bien que se otorgó gratuitamente”, afirmó, agregando que además el propósito de la iniciativa no tendría sentido ya que o se tendrían que volver a otorgar, o sería el Estado el que debiera comenzar a construir centrales hidroeléctricas, realizar inversiones en materia sanitaria, agricultura, entre otros.
A la hora de plantear posibles soluciones para aminorar el impacto que puede tener la escasez hídrica en distintas actividades económicas, el ex director señala que lo primero sería crear la certeza jurídica tanto de los derechos de aprovechamiento como de las reglas del juego del regulador (Estado y tribunales de justicia), a lo que se suma potenciar la eficiencia hídrica, de manera de hacer más con la misma agua.
También sería necesario mejorar la infraestructura de acumulación (embalses) y de conducción (canales), crear instrumentos que mejoren la transparencia de la información, avanzar en reutilización de las aguas y disminuir las extracciones ilegales de agua.
Fuente DF/