Inversionistas detrás de estos proyectos, entre los que hay emprendedores y grandes empresarios, advierten una serie de trabas para masificar esta forma de generación. La instalación de centrales hidroeléctricas de menor tamaño es una de las opciones para diversificar la matriz eléctrica nacional y responder al mayor consumo de energía que se proyecta para cubrir el crecimiento proyectado para Chile.
En la Asociación de Pequeñas y Medianas Centrales Hidroeléctricas (Apemec) estiman que el potencial de dichas unidades bordea una capacidad instalada de 10 mil megawatts (MW), equivalente a casi cuatro veces la capacidad de HidroAysén.
El país cuenta con caudales y caídas de agua aptas para estas centrales, que por lo general no requieren embalses. A ello se suman instalaciones de riego (embalses, canales y acueductos). Pedro Matthei, presidente del gremio, dice que según cifras preliminares, hay 250 MW en operación y construcción (32 centrales), mientras que en evaluación ambiental hay otros 424 MW (34 proyectos).
Para conocer con más exactitud la realidad de este sector, Matthei comentó que el Ministerio de Energía encargó a la Universidad de Chile un catastro para determinar el potencial real para minihidros en el país.
Los primeros inversionistas fueron emprendedores individuales. Luego ingresaron capitales internacionales, fundamentalmente pequeños y medianos desarrolladores hidroeléctricos, básicamente europeos.
Ejemplo de ello es Enertron, firma ligada al grupo español Hidrolena, que a fines de 2011 iniciará en la X Región la operación de la central Ensenada (6,8 MW), que inyectará su energía al SIC. Ivonne Bell, representante de Enertron, agrega que tienen en evaluación al menos otras 20 iniciativas de hasta 20 MW, tamaño máximo, dice, para optar a los beneficios de la Ley de Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
La incorporación de destacados empresarios locales marcó una tercera oleada del desarrollo minihidro en Chile, con nombres como los del ex presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) Juan Claro, en sociedad con varios de los controladores de Embotelladora Andina, o del empresario Isidoro Quiroga.
Mientras el primero participa en Energía Llaima, que entre sus activos cuenta con la Central Guayacán (12 MW), el segundo encabeza Electro Austral Generación, que fundada hace tres años cuenta con dos proyectos con permisos ambientales (135 MW) e ingresó otros dos a evaluación en la VIII Región.
Trabas para su masificación
Pese a ser limpia y de relativo bajo costo de desarrollo, hay una serie de trabas que complican la masificación de las pequeñas centrales hidroeléctricas. Pedro Matthei, presidente de Apemec, apunta a la demora en la tramitación ambiental y en general a todos los permisos sectoriales necesarios para construir una obra de este tipo.
Por su parte, Ivonne Bell, de Enertron, asegura que otro escollo está en la instalación de líneas de transmisión porque la obtención de servidumbres es muy compleja. Sobre esto último, en la industria comentan que el sistema financiero impone condiciones, como contratar gran parte de la energía que producirán, lo que termina afectando el rendimiento comercial de los proyectos.
Fuente: El Mercurio.