Más de 100 mil litros de petróleo fueron derramados ayer en el río Yellowstone, en el estado norteamericano de Montana, tras la rotura de un oleoducto de la compañía ExxonMobil.
El daño a la ribera, asegura la compañía, al parecer se limitó sólo a 32 km del río. Sin embargo, informes indican que el crudo llegó 160 kilómetros río abajo, aunque el crudo no ha llegado al parque nacional del mismo nombre y el más antiguo de EE.UU., que comienza a alrededor de 50 km al suroeste del lugar del accidente.
La compañía y funcionarios de gobierno especulan que el gran caudal del río en las últimas semanas pudo erosionar su lecho y exponer la tubería a escombros que pudieron dañarla.
La ruptura, ocurrida en el centro-sur de Montana, ensució la ribera y obligó a los municipios y distritos de riego a cerrar sus tomas de agua. Asimismo, entre 200 y 300 habitantes fueron evacuados temporalmente de la zona por el olor a crudo, señaló la cadena CNN.
Exxon aseguró que siete minutos después de que se comprobara la pérdida de presión en el ducto se cortó el bombeo, y que luego se aisló la parte en la que ocurrió el derrame.
ExxonMobil informó, además, que el oleoducto de 30 centímetros de diámetro fue cerrado temporalmente en mayo, debido a preocupaciones relacionadas con el aumento de caudal en el río, pero que se decidió reactivar la tubería cuando su registro de seguridad determinó que el riesgo era bajo.
Gary Pruessing, presidente de la compañía, señaló que observadores de la empresa, que vuelan sobre el río, han visto “muy poca mancha” más allá del área afectada. Por su parte, cuadrillas de trabajadores federales y estatales ya se han desplegado a lo largo del río para evaluar el daño causado por la ruptura del oleoducto.
La reputación de Exxon quedó marcada desde 1989, cuando el petrolero “Exxon-Valdez” encayó en la costa de Alaska y vertió más de 40 millones de litros de crudo al mar, en una de las mayores catástrofes medioambientales de la historia.
Fuente: La Tercera.